31 agosto 2007

Gracias

Por nada del mundo quería que alguien le echara la edad que cumplía al día siguiente y esas canas la delataban. Así que se fue a la peluquería pero no se dió cuenta hasta que salió, con una melena cuatro dedos más corta de lo deseado y el consiguiente cabreo, de que la vanidad iba a arrebatarle el verano que a base de sol, sal y cloro había arraigado en su pelo. El castigo cayó del cielo en forma de lluvia y tuvo que resignarse a cumplir los años en otoño aunque aún fuera agosto.

Recibió besos, abrazos, mensajes, llamadas y entre los múltiples regalos: los juegos de palabras, un renovado y conjuntadísimo equipo para sus idas y venidas a la playa, un estuche lovely lovely desde el que una foto de su ídolo le grita con la mirada "eres perfectamente capaz de aprobar una oposición" (¿existe mejor motivación para llevarse a la biblioteca?), un mundo de manos de colores con el que vestirse, un artilugio mágico capaz de desplegar a su alrededor una burbuja de música como nunca antes la había escuchado. Y una pulsera, que observó con detalle. Cuentas con todos los tonos de azul de las aguas en las que se había sumergido: transparente como la de Denia, Mojácar, Madrid (la del paraíso público), azul intenso como el lago... blancas (la luna, las nubes de pegatina...), ocres como la arena, tostadas como la piel. El verano le había sido devuelto, lo llevaba en la muñeca.

Así que cuando sopló sólo pidió que los que la rodeaban siguieran haciéndolo y agradeció que la conocieran tan bien.

20 agosto 2007

Agosto: Pouppée de riz

"Cuenta una leyenda oriental que el dios Shiva creó una mujer tan hermosa que se enamoró de ella. Cuando quiso desposarla, ella le exigió que le presentara todos los días un manjar que no llegara a cansarle. Shiva buscó y no encontró nada; y, aunque quiso conseguirla a la fuerza, ella murió. La divinidad, desolada, edificó un gran mausoleo para su amada. Cuarenta días después, de la tumba surgió un resplandor y brotó una planta desconocida. Shiva dijo: «En esa planta vive el espíritu de mi amada , y lo que ha nacido se llamará Oryza (arroz), que será el principal alimento de los hombres».

Cuando tuvo edad para hacer frases de seis palabras, nos sorprendió con esta revelación: "Vengo de un grano de arroz". Ariuca y yo nos miramos perplejas. Por aquella época ya teníamos edad para saber de donde venían los niños, pero esta nueva teoría nos pareció fascinante. Desconocedoras de la existencia de esta leyenda, supusimos que Vanila había llegado a nosotros encapsulada en un grano de la paella que mi madre se habia comido un domingo cualquiera y que luego había incubado durante nueve meses. Y es que a esa edad en la que la infancia tocaba a su fin para nosotras, era genial que nos regalaran una muñeca de carne y hueso para revivirlo todo y, sinceramente, nos daba igual de qué cereal procediera.

Siempre ha tenido la capacidad de dejarnos con la boca abierta con sus declaraciones. Frases del tipo "Me pesa haber venido" no son muy frecuentes en niños de 6 años, y tal vez porque nos acostumbramos a ese lenguaje suyo tan académico nos haya resultado después tan extraño oírla utilizar ese adverbio de última generación "mazo" moderno que le permite cuantificar cualquier cosa o esas expresiones como "Me estas rayando" que dejan a las madres totalmente fuera de juego (¿¿¿???). Sospecho que la jerga de Vanila tiene mucho que ver con que ahora mi madre diga "tía" para referirse a una señora que se ha encontrado en el mercado, a la vecina o a cualquiera de sus hijas o con que cada vez que algo le sorprende exclame: "¡Qué pasada!"

Comparte con Ariuca un amplio porcentaje de fenotipo y la pasión por lo gabacho. Además podrían copresidir la plataforma "¡Teletransporte, ya!" por su costumbre de salir de casa a la misma hora a la que han quedado.

Conmigo, la afición al canturreo. Si bien ella siempre ha sido más propensa a interpretar sus propias composiciones. "Ay, muñeco Micky Mouse" (que tú andas, que tú brincas, que tú corres y que tú vas) tal vez no tuviera una letra muy elaborada pero fue el comienzo de una vocación que culminaría trágicamente en el pueblo, una cena de Nochebuena, cuando la espontaneidad le jugó una mala pasada al improvisar un villancico. No se sabe muy bien cómo, la cosa derivó en un anacrónico verso que terminaba en "...camiones" y el siguiente, que era el final apoteósico de la canción, salió sólo: "que me sale de los coj...". Los espectadores casi morimos atragantados con la sopa, intentando contener la carcajada unas y el enfado otros, mientras la pobre niña se echaba a llorar desconsoladamente porque ni ella se creía lo que acababa de decir. El más hábil fue el abuelo que hizo como si no hubiera oído nada y siguió comiendo impertérrito.

Nadie se despierta más dormido que ella. Al menos nadie más que yo conozca es capaz de creer que se ha puesto la lentilla cuando lo que ha hecho es dejarla perfectamente colocada sobre la imagen de su ojo en el espejo.

Sin duda, su empeño por convertirse en una virtuosa del monosílabo, nos está privando de una buena parte de su genialidad. El dios Shiva te estará buscando, no se lo pongas tan difícil.

¡Felicidades muñeca!

12 agosto 2007

Otra vez Ana

Otto diría que Medem "también se puede leer al revés", y Ana contestaría "¿ahora te enteras?".

Es un amante de las casualidades y la numerología y por algún motivo, le gusta este mes para estrenar sus películas. Lejos de conocer la razón agradezco la coincidencia de que vuelva a ser justo a tiempo para mi cumpleaños o para el de Lorenzo, exactamente igual que hace seis años, en 2001 con "Lucía y el Sexo", el 24 de agosto. Celebro también la casualidad de que mi nombre se componga de dos mitades capicúa, seis letras. ¿Tendrá eso algo que ver con la tendencia a la simetría de mis lunares, granos y moratones? ¿Qué habrá de Ana en esta otra tan caótica? ¿y en mí? ¿algo más que tres letras? ¿Otto volverá a abrazarla a través de otro Lorenzo, igual que hace seis años...? La auténtica protagonista de Lucía: Elena, que no es Elena, es Ana. Una historia circular no se acaba, ni siquiera en Fin-Landia.

Espero volver a encontrar un cuento lleno de ventajas, un círculo que se cierra, un montón de casualidades buenas. Ojalá encuentre la casualidad de mi vida, ojalá me encontrara ella a mí. Tal vez aprenda a esquiar hacia arriba o a correr hacia atrás. No sé si lo conseguiré con verla una vez, o si tendré que cumplir más años, pero prometo estar muy atenta. Será un placer empezar otro círculo con lo que Medem quiera ponerme en los ojos.

No necesito un motivo, pero según él: CAÓTICA ANA es una historia contra la tragedia, conducida por la fuerza del optimismo y la necesidad de ser feliz de su protagonista".
Es más que suficiente.