12 octubre 2008

Cómo se hizo... Mucho más lerele

(Jueves 6 de noviembre a las 24:00)

Después de veintiocho días y 39 entregas…

… de Montecarmelo a Villaverde, de Aluche a la Alameda de Osuna, de Vicálvaro al Barrio del Pilar pasando por Atocha, Carabanchel, Moncloa, Puerta de Toledo, Avenida de América, San Blas, Castellana, Vallecas, Lavapiés… Algunos han conseguido cruzar las fronteras del Municipio, incluso de la Comunidad…

… sigilosamente depositados en buzones con la colaboración involuntaria de vecinos anónimos o de porteros ingenuos dispuestos a dejarse engañar por una apariencia inofensiva y una eficaz gestión de la sonrisa, instalados durante semanas en soportes diseñados para su especie a la espera de ser identificados entre sus congéneres, camuflados entre recibos de IBI y material de oficina cuidadosamente inventariado como propiedad del consistorio, introducidos en bolsos ajenos a veces a hurtadillas y a veces no, regalos sorpresa que esperaron a sus dueños en la oscuridad del maletero del coche, visitantes furtivos que durmieron arropados por alfombrillas de ratón, trofeos que fueron rescatados en arriesgadas misiones nocturnas de pedestales que los exponían a condiciones climatológicas de lo más adversas, polizontes que viajaron en las profundidades de carritos de bebé, obsequios brindados por ciudadanas desconocidas, misteriosos huéspedes alojados en hoteles de cinco estrellas …

Se descubren muchas cosas: que Madrid es muy pero que muy grande, que hay gente muy despistada, gente que nunca abre el buzón, gente muy loca, gente a la que pensabas que no le haría especial ilusión que se emociona profundamente (vuestras reacciones son siempre más sorprendentes que las propias sorpresas)… pero sigues sin saber si te lo pasas mejor antes, durante o después.

Existen innegables conexiones entre fenómenos. Una mariposa blanca viaja en metro cada vez que concluye la manufactura de un espejismo. Del mismo modo, cada una de estas entregas depara un regalo: una afluencia estadísticamente improbable de ciudadanos sordos en la junta, zapatillas de ansiadas dimensiones en los chinos de Pueblo Nuevo, espejos siendo abandonados por mozos de almacén dispuestos a embalarlos cuidadosamente para llevar en transporte público sin levantar sospechas, visiones hipnóticas de la luna a la salida de un portal de la avenida Monforte de Lemos, láminas de acetato a precios aptos para tiempos de crisis despachadas entre invitaciones a fiestas de Halloween casi irresistibles incluso para quien lo detesta… Pequeños pero preciados golpes de suerte. Si no hubiera intuido los efectos secundarios desde el principio, tendría algún sentido que me lo agradecierais vosotros a mí en lugar de yo a vosotros. Gracias.

¡Misión cumplida!

13 septiembre 2008

Las Noches en Blanco

"... la actual edición versa sobre la idea de la ilusión. La Noche en Blanco invita a los madrileños a descubrir una nueva ciudad, metamorfoseada por el arte y tejida de fantasías que, por unas horas, confundan nuestros sentidos. Una noche compuesta por las ensoñaciones de quienes participan en lo que se ha convertido en la mayor celebración cultural de la ciudad."

Soy una fanática de La Noche en Blanco. Y sé que esta declaración hará que alguien vuelva a tacharme de corporativista, pero me da igual. Estas noches se han creado para disfrute de los amantes de lo público y de lo gratuito. Aunque no sólo vayamos nosotros y se apunte un montón de gente (más amante de protestar que de otra cosa) que no parará de refunfuñar en toda la noche: que si hay aglomeraciones, que si dos horas de cola para ver esto, que como no salga ya el funambulista este me voy a cagar en toda su familia...

De hecho yo pediría que el año que viene todo fueran falsos reclamos. Que nos anuncien una Noche en Blanco llena de espectáculos que no se hagan. En blanco blanco de verdad, vaya. Lo único que me disgusta de esa noche es que se gaste tanto dinero cuando lo que hace falta no cuesta nada: la luna en el cielo y la calle llena de gente. Lo demás casi me sobra. Pueden mantener algunas cosas que seguro costaran poco dinero: evacuar Madrid pasando por debajo de la Puerta de Alcalá (y poder tocarla), los patos de goma flotando en la Cibeles, los besos en la fachada del Palacio de Correos, Raimundita corriendo por las habitaciones del Palacio de Linares, Ariuca haciendo una performance en Lavapiés y el Diente de León, para proyectar de un soplo en las fachadas del Paseo del Prado que "una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma", que es una gran verdad que le debemos a Almodóvar y a la Agrado. Cuando éstas son las expectativas, a una como mucho le puede disgustar que haga más o menos frío, pero se lo pasará bien seguro.

Tal vez la falta de ambición me haya llevado a encontrar en el conformismo la fórmula de la felicidad. De esto espero que tomen nota los Navarros y compañía y no vuelvan a hacerme nunca un regalo caro (si me envolvéis unos azulejos, como Gabuto y Sevein, me sentiré igual de feliz y menos culpable). Los momentos felices de la vida, probablemente sean escenas muy simples: una tarde patinando en Chamartín con tus compañeros de instituto, unas magdalenas y un chocolate caliente en el autobús de vuelta de Montejo de la Sierra... y tantos otros. Siempre pensé que la compañía era un factor decisivo, pero cada vez es más frecuente que la felicidad me encuentre sola (Rubaki, te hago responsable de haberme llevado por este camino sin retorno) ¡soy una huraña feliz!

Me obsesionaba encontrar una canción para este post que es el tercer y último homenaje del verano a la luna llena. El azar o el destino me han descubierto a otra Niña de Fuego, de quien no voy a difundir el nombre porque estoy en esa fase de veneración de los ídolos en que no quieres compartirlos con casi nadie y en que no te perdonas que ese disco exista desde hace dos años y te acabes de enterar ahora. Su canto a la luna, a medio camino entre lo sagrado y lo salvaje, entre el aullido y la oración, es exactamente lo que buscaba. Soy plenamente consciente de a quién le debo este hallazgo. Así que ¡gracias! como dice Chaouen "al sol por su luz y a la luna por todo lo demás".

07 septiembre 2008

El Balcón de Sanabria

"San Martín de Castañeda
espejo de soledades

tu lago recoge edades
de antes del hombre y se queda
soñando en la santa calma
del cielo de las alturas
en que se sume en honduras
de anegarse ¡pobre! el alma"

"San Manuel Bueno, mártir", Miguel de Unamuno (1930)

Dice la leyenda que hay un pueblo sumergido en el lago. Tal vez el que hay arriba sea su reflejo.

Hablar del pueblo es algo reservado a los autores de las loyas y a los pastores que las cantan. A los demás sólo nos queda opinar, y yo opino que lo mejor que le puede pasar a una loya es que la componga mi primo mayor y que la cante mi primo pequeño. A ver si se me concede pronto ese deseo.

La lírica que hemos heredado se la debemos a la abuela, que se conocía todas las coplas del pueblo. Ésta nunca se la oí cantar a ella, pero a mí es la que más me gusta. Y por fín la tengo.

23 agosto 2008

Diario de un espejismo

Mis padres reformaron el baño poco antes de que Ariuca y yo hicieramos la comunión. La mañana que mi madre me despertó para estrenarlo, ninguna de las dos sabía que me estaba regalando un recuerdo imborrable del que, en realidad, sólo conservo huellas parciales de sensaciones: una mañana de primavera que olía a silicona, la pregunta de si me gustaba aquel baño del color de mis ojos y mis pies descalzos colgando del inodoro sin poder alcanzar el suelo. Me hubiera empadronado allí. Solía entrar a imaginar que me hacía muy pequeña y vivía en el mueble que había debajo del lavabo. Dormiría en el cajón, abrigada por la felpa de las toallas de bidé. Al despertar treparía hasta la azotea y me colgaría del grifo para beber agua, nadaría en esa piscina espectacular del seno del lavabo y me tumbaría en la jabonera para secarme al sol de la bombilla.

Quizás sea el baño el único lugar de la casa donde se nos permite estar solos y en ese lapso de ensoñación que va desde que echamos el cerrojo hasta el golpeteo impaciente de unos nudillos, los azulejos asisten atentos a nuestras divagaciones y dan fe de nuestros dilemas y nuestros anhelos. No se merecen que los abandonemos a su suerte en inhóspitos contenedores. Si eso sucede, su suerte mejor será que alguien los recoja y los ponga cerca de un espejo. Que pasen a la posteridad asomados a la orilla de un lago de mercurio contemplando los sueños de los que son portadores. Eso les encanta. Así es como el azogue recupera su poder y se torna mágico. Así es como los espejos se convierten en espejismos.


Querida Fienna:
Somos todopoderosas. Lo podemos todo. Tu espejo ha sido elaborado con toda la brujería de la que soy capaz. Es un espejo muy sabio, mágico por supuesto, descendiente directo de aquél que tenía la madrastra de Blancanieves, pero con corazón (el de un gato para más señas). No es más que un instrumento al servicio de tus poderes. Si te colocas frente a él, podrás visualizar lo que quieras conseguir, y lo conseguirás.
El proceso de elaboración ha sido un canto a la autosuficiencia que ha permitido forjarlo a fuego lento, como un conjuro. Los azulejos fueron cuidadosamente seleccionados: los rosa con florecitas que tú misma sugeriste (mira que te conozco pero sigo sin atreverme a regalarte esas cursiladas a las que sólo tú sabes devolver la dignidad), unas flores de alta alcurnia halladas en el barrio Salamanca (a Ariuca le "encantitaron" nada más verlas), un indefenso pedacito azul y blanco de diseño retro que me encontró de camino a la piscina y me imploró que lo llevara conmigo (al que he reconvertido en nube debido a su capacidad para el llanto fácil) y tu plato roto de "A Loja do Gato Preto" que ha visto diseminada su herencia genética dando a luz una mariposa, una libélula, un caracol y un tulipán, pasando, tras semejante parto, a mejor vida. He ido mezclando más fuerza física de la que tenía para acarrear el espejo original, con un poco de la humildad que me faltaba para querer pedirle a alguien con carnet y coche que me ayudara a transportarlo (finalmente, se lo pedí a Ariuca que me debía varios favores como porteadora). Lo aderecé con un soplo de la suerte de vivir tan cerca de "Cristalera Madrileña" (establecimiento que no tiene reparos en cortar espejos "de la calle"), añadí una buena dosis de la paciencia que voy perdiendo para partir los azulejos y una cucharada de minuciosidad para no darlo por terminado antes de tiempo, de ésa que nunca he tenido y de la que siempre te he visto hacer alarde: al quitarle la pintura a la escalera de tu madre, o como hace 13 años, al limpiar la tela de la canadiense que nos dió cobijo en Campolongo.
¿Pero qué clase de bruja sería, si no pudiera hacer cosas de las que no soy capaz? Esta experiencia me ha permitido descubrir que para recorrer la distancia que separa nuestros dos barrios bajo un sol de justicia, con un tablero de DM de dimensiones inadmisibles para la EMT echado a la cadera, el bolso repleto de hojas de azulejo, la falda arremangá con una mano y un abanico en la otra, no hacen falta poderes, sino poderío.
Debería haber aprovechado que las llaves de tu casa me conceden la facultad de dejártelo como sorpresa de bienvenida, pero también carezco de la generosidad necesaria para renunciar a verte la cara cuando lo abras.
Sé que lo emplearás para el bien. ¡Que lo disfrutes!

09 julio 2008

Manual para el recién nacido

Con los ojos de su madre y la mirada de su padre.

Los acontecimientos se alían con fechas empeñadas en formar parte de mi vida. Así fue como Martín, nada más nacer, me pellizcó el corazón.


Hola, mi niño:

Te esperan años de grandes descubrimientos pero voy a intentar adelantarte lo fundamental:

- Diga lo que diga tu partida de nacimiento, te llamas Martín.

- La Navidad a veces se rompe, pero se arregla.

- Lo que no debe romperse por nada del mundo es la cadena del frío, sobre todo si está papá delante.

- Cuando vaya a tu casa un señor muy aburrido e inoportuno hazle todas las gamberradas que se te ocurran. Es el del Círculo de Lectores y es un experto en romper la Navidad. Se merece todo lo que le hagas.

- Mamá esconde chucherías en los bolsillos de la bata blanca del trabajo (de nada...)

- Aunque Lilith diga que los Reyes son los padres porque su madre se lo ha contado, ¡es mentira!

- Sobre los que formamos la corte que habitualmente rodea a tus progenitores: sé que puedes vernos como realmente somos, pero no te asustes que aunque alguno lleve una espada de su tamaño, somos buena gente. Yo soy la de la bata de cola.

- Has venido al mundo, literalmente, de la mano de la alegría. No lo olvides nunca.

- La vida nos da más de lo que necesitamos para ser felices.

- Te quiero.

08 julio 2008

Aalin, en los alrededores de la alegría

Cuando la suerte sonríe a quienes lo merecen tanto, nuestra forma de entender el mundo se ve reconfortada.
Gracias, Aalin, por retroalimentarme.

La intuición ya le había dicho que no había que buscar más, pero una noche, mientras esperaban en un semáforo, sintió la necesidad de hacerle la gran pregunta:

- ¿Subirías a la luna?

Lejos de sorprenderse, él pronunció cada palabra con la seguridad de quién conoce la única respuesta posible:

- Sí, a visitarte de vez en cuando

En ese instante, mientras él comprendía que había estado esperando esa pregunta toda su vida, ella tuvo la certeza de que le había encontrado.
De una primogénita se esperaba que fuera responsable y que, por ejemplo, estudiara derecho. Era lícito que, después, quisiera convertirse en defensora a ultranza de las causas más perdidas y poner su sentido de la justicia al servicio de la locura. A saber: ¿Que un vendedor de cuero de la Latina quiere interponer una demanda contra el tendero de al lado por un motivo tan surrealista que soy incapaz de reproducir (ni entender por más que Aalin me lo haya contado multitud de veces)?, pues allá que va ella a testificar, aunque todo lo que la relacione con semejante litigio sea que un buen día pasó por allí y desde entonces hayan pasado más años de los que la memoria de un testigo puede soportar.

Por encima de las expectativas que pretendían atarla a la realidad, Aalin siempre supo que su principal misión en la vida era ejercer de hermana mayor. Y esto, en su caso, consiste en ir por el mundo protagonizando historias surrealistas y contarlas envueltas en esa risa grande y contagiosa para deleite de la alegría y sus alrededores. Si te montas en la risa de Aalin puedes hacer el ascenso del Sella mientras el resto del mundo, envidioso, lo desciende irremediablemente.

No hay disparate que lo sea tanto como para que Aalin no se lo plantee: comprarse una "casicasa", elegir salvarle la vida al estuche en lugar de a su amiga, tratar de redimir al yonki que la está atracando, andar 100 kilómetros en 24 horas (cada vez son más los insensatos), adelantar una considerable suma de dinero a un apartado de correos en contestación al reclamo del periódico "TRABAJE DESDE CASA HACIENDO OSITOS DE PELUCHE" ... o esa gran contribución al mundo carnavalesco: el metadisfraz. Esta idea revolucionaria consiste, ni más ni menos, que en disfrazarse de algo y ese algo de otra cosa. Ilustrémoslo con un ejemplo: tú te disfrazas de hada, y el hada, a su vez de..., pongamos por caso... ¡Gandalf! Para cualquiera que te vea, el hecho de que lleves no menos de tres identidades encima resulta, como mínimo, muy entretenido. Como el orden de los factores no altera el producto, no pueden evitar plantearse si tal vez fue Gandalf quien quiso disfrazarse de hada y el hada de Aalin.

¡Qué bien se lo va a pasar Martín con una tía tan loca!


¡¡¡¡Felicidades!!!!

01 julio 2008

La inspiración

"...decide que, si él se conmueve, dedicará su vida a ayudar a los demás. Si no, pues nada".



Detrás de mi lavabo también hay tesoros ocultos. Mdlle. Poulin mataría por tener acceso a una base de datos como la mía.



Lady Godiva ha pasado a engrosar la ya numerosa cifra de hijos de la Gran Bretaña afincados en Mojácar y yo me he reconciliado con el universo con la ayuda del genio silencioso, que ha tenido a bien concederme un poco de esa paz que le sobra.

Tras sobrevivir a un semestre de hiperresponsabilidad, afronto el siguiente con una lista de despropósitos en el bolsillo. Una de las pocas cosas que tengo claras es que la motivación de logro es algo de lo que carezco por completo y eso condiciona sobremanera mi futuro profesional que, he decidido se regirá por las siguientes cláusulas:

1. Mi verdadero trabajo empezará una vez termine mi jornada laboral.

2. Será incompatible con cualquier retribución económica dados los efectos tan perniciosos que el dinero produce en mi creatividad.

Durante este mes, me consagro en cuerpo y alma a la alegría y a su retoño. Es hora de dar forma a los materiales que el "Comando Azulejo" ha ido recopilando con tanto entusiasmo y buena fortuna.

...
No desvincularme del silencio, nunca.
Servir a la magia siempre.

07 mayo 2008

Mi lugar en el mundo

A algunos lugares sólo te llevan Las Musas.

Al llegar, puedes pensar que te has metido en una peli de Marisol, porque tienes la sensación de conocer a todo el mundo y de que todo el mundo te conoce, por tu nombre. No es una sensación. Es el bibliotecario que sale a tu encuentro por obra de la providencia y te cuela clandestinamente en su centro de trabajo para darte el DVD que necesitas, el que pensabas que ya no conseguirías hoy.

En ese lugar hay un bar y en el bar una camarera que te prepara amorosamente un bocadillo, después de darte un abrazo y de preguntarte qué tal te va la vida. Siempre has dicho que te encanta ese sitio, estás totalmente de acuerdo con el eslogan de las servilletas: es especial. Sobre todo, porque no puedes descubrir el misterio que hay detrás de que allí siempre suene la música que te gusta; más de una vez has pensado que te han quitado el mp3 y lo han conectado a los altavoces. Así que mientras ves como la camarera envuelve el bocadillo en papel de plata, te percatas de que estás escuchando por primera vez el nuevo single de Amaral. Pero no cabe sorprenderse, sólo sonreir.

Sobre los personajes que pueblan el consistorio, podrían escribirse tantas cosas... Y no sólo por lo que ven y oyen a diario en boca de la ciudadanía, sino por mérito propio. El caso es que sin que te lo pidan cumples con el ceremonial de seguridad y te despojas de tus pertenencias y pasas por el arco (¡del triunfo!) y a pesar de todo: ¡pitas! (es el cinturón por supuesto, no la boca). Así que te echas las primeras risas con el vigilante, que es además, ciberamigo tuyo y te permite el paso sin necesidad de que se te caigan los pantalones. Mdlle. Rubaki sonríe desde el punto y uno a uno vas saludando a toda la familia. Si hay algo que está claro es que sois familia, a ver si no por qué el padre de todo aquello se apellida como tú. Como ya es tarde y la familia ha comido, subes a la segunda planta a ver si con un poco de suerte hay algún funcionario disfrazado de ferretero que te quiera llamar subcontratada y echarte el sermón filosófico del jueves, que en tu honor, se adelanta al miércoles. Sólo echas de menos el sol reflejándose en el agua del estanque, y el reflejo proyectándose en el techo del office. ¡Ay! Esos pequeños placeres...

Creo que es suficiente para entender por qué estoy deseando pasar allí "mis vacaciones". Jefa/Mamá (eres tan joven...): Tal vez si les mando esto, la cúpula me entienda aunque no es para meter presión, es para agradeceros que sigáis estando allí.

San Blas genera adicción ¡Soy otra yonki más!

29 marzo 2008

Combatiendo el olvido

Aquellos que formaron la Nueva Generación de Cantautores hoy son los veteranos del circuito, y aunque la mayor parte de la audiencia se ha incorporado más tarde, entre el público aún se reconocen caras de gente que desconozco desde hace más de 10 años.

Ariuca aún pudo disfrutar de Pedro Guerra en petit comité. Mi quinta llegó tarde a eso. Yo conocí a Ismael Serrano cuando ya estaba presentando el disco en el FNAC , pero aún le vería hacer alguna colaboración en La Redacción (calle Cervantes nº 7) que se convirtió rápidamente en un local de referencia para mí y para muchos de vosotros. Allí descubrí a Antonio de Pinto, de quién he envenenado recientemente a Mdlle. Rubaki, que me sigue los pasos a cinco años de distancia, porque espiritualmente nació en el 76. El cierre de La Redacción nos barrió a Libertad 8, al encuentro de Jorge Drexler que conseguía susurrarte al oído aunque estuvieras en la última mesa.

Probablemente fueramos menos de veinte personas en Galileo, la noche que Amaral presentó su primer disco, y eso que Rosita ya tenía hasta videoclip. Pero allí nos fuimos la Pitufa, Vanila y yo que habíamos comprado las entradas movidas por un acto de fe. Sólo teníamos la intuición de que podía gustarnos. Cuatro discos después y a la espera de escuchar la fumada que cerrará el siguiente, sigo creyendo en Amaral. Los temas de su segundo trabajo sonaron, por primera vez, en un concierto de Chaouen, esa noche mágica en que nos regaló la primicia de "Mi habitación en tus pupilas" en la sala Garibaldi (San Felipe Neri, 4). Un lugar donde no todas las sorpresas fueron agradables. Allí me enteré de que el violonchelista de la Oveja Negra, Oscar Grossi, había muerto en un accidente de tráfico viajando con la orquesta en la que tocaba. Yo había ido a un concierto de Legna que lógicamente se suspendió. Poco tiempo después, Garibaldi también desaparecería.

Para entonces ya conocíamos El Búho Real y a Bêbe que llenaba la sala una vez al mes aporreando la guitarra pero con una voz inconfundible. Y a Paco Bello (o Nauta o el Doctor Grillo) y este tema.

El sábado volví al Búho después de mucho tiempo. Con miedo. El miedo de que la Nada se extienda y absorba los sitios que forman parte de mi vida. Si dejas de ir, se mueren y desaparecen. Fue un alivio encontrarlo todo en su sitio. Es como estar en casa aunque no haya ni silla para sentarse. Una visita obligada al expositor de Postalfree para saquearlo antes de que empiece el concierto y coger el programa del mes siguiente para el corcho de la habitación. Ahora me resulta dificil reconocer algún nombre de la lista, pero no quise perderme la actuación de César Rodríguez. Sólo me acordaba del estribillo de una de sus canciones pero me dejó otra sonando en la cabeza. Pertenece a una generación de cantautores, que ya no es nueva, pero es la mía.

23 marzo 2008

Operación Martín. SOS.

A los hijos de los amigos se les quiere instintivamente, porque representan lo mejor de cada uno de sus padres.

(Cristalitos, esto es para tí pero es mejor que no lo leas)

No puedes llamarme para pedirme que te ceda los derechos del nombre de mi hijo y luego desecharlo. Sobre todo cuando fui capaz de resistirme al impulso egoísta de negarme (Martín forma parte de mis más profundas raíces sanabresas) y cedértelo más que encantada, emocionada. Pedirme ese favor era el mejor regalo que podías hacerme: la oportunidad de establecer el primer vínculo especial con vuestro niño, al que no puedo evitar querer porque es vuestro.

Despreciar Martín, deja de ser ofensivo y empieza a ser sangrante cuando la otra opción es un nombre, probablemente normal y corriente, puede que incluso bonito, pero por contraste insulso, insípido, aburrido, anodino, soso... Daniel. Parece que las otras opciones Tristán, Hugo, Lucas... indudablemente más dignas, van perdiendo fuerza. Por eso, haciendo uso de mi legítimo derecho de libertad de expresión aprovecho este foro, para pedir el voto no a favor de Martín sino en contra de Daniel. Lejos de querer imponerte el nombre de tu hijo, sólo pretendo evitar la catástrofe. Recuerda antes de maldecirme, que fuiste tú quién me dió vela en este bautizo. De cualquier forma, si el cibermundo está de acuerdo contigo asumiré mi derrota que no será tal, porque Martín será, ya lo es, su alias ladycañero. Si quieres contratacar, llamamos a Cuatro y le pedimos hora a Gabilondo para que nos modere, o te abres un blog ¡tú verás!

Dejando a un lado la visceralidad que se debe imprimir a cualquier campaña electoral que se precie, te diré algo. Llámale como quieras. Todo lo que hemos visto de él es la raya del test de embarazo que resultó ser de pega (ni siquiera una ecografía, ¡qué ya os vale!), pero le imagino con nítidez y puedo predecir que no dejará de sorprendernos gratamente. Sea cuál sea su nombre, para cualquiera resultará evidente que no hay una gota de insulsez, aburrimiento o sosería en su sangre, porque no la hay. Y tendré un vínculo especial con él. Algún día descubrirá a mi ratón debajo de un botón, aunque para ello tenga que conectarse a internet.

Ladycañeros del mundo: La posibilidad más inmediata de hacer que el nombre de mi hijo tenga una entidad biológica es que mi amiga se lo ponga al suyo. Si crees que Martín es el nombre que debe tener un niño genial, vota.

¡Aún estamos a tiempo!

24 febrero 2008

Ikusi arte

Esta es la respuesta de una madre cuando su hija le dice que probablemente no coma en casa el viernes porque tiene una cita con las lineamadrileñas de San Blas: “Yo sólo quiero que hagas lo que te dé más alegría”.

La madre de la Lady es la mismísima caña. Aunque yo apenas me reconozco dentro de este disfraz que me deparaban los carnavales de este año, sin duda, mucho más aburridos que los pasados. “Necesito un disfraz de luchadora, para no fracasar en mi nuevo trabajo” Y me dieron el de Lady Godiva, a quién su ingenio permitió salirse con la suya, pero que es anglosajona al fin y al cabo. Un disfraz lúgubre y frío, a juego con este mes de febrero mucho más aburrido que el pasado. Vestirme de Lady Godiva requería desnudarme de Ladycaña, y ahora mi alter “alter ego” de Coventry se ha adueñado de mi cuerpo y me obliga a arrastrar los pies cabizbaja y absorta en quehaceres pedagógicos. Afortunadamente, de vez en cuando recojo unos azulejos de un contenedor o actualizo el blog con el patrocinio de 3Com, el vecino, para asegurarme de que mi Lady sigue viva.

Marijou es una de las personas que más alegría me ha dado durante mucho tiempo. Y nos ha sorprendido este mes con la noticia de una marcha inminente. Se va de vuelta a la Comunidad Foral y abandona ese marrón, cómo lo denominan abiertamente los candidatos a su sucesión, que tiene por puesto de trabajo. No queda más remedio que alegrarse por ella, y sentirlo mucho por nosotros, que sin duda vamos a reírnos menos y más de vez en cuando.

Cuando empezamos a trabajar juntas, nos retamos mutuamente a hacer tanto el tonto en el trabajo como nos fuera posible. Nunca nos faltaron cosas de las que reírnos: para empezar el hecho de tener un palomar por despacho por ser las trabajadoras cuya estatura permitía pasar por aquella puerta diminuta completamente erguidas. Las visitas, menos liliputienses que nosotras, nos abandonaban doloridas tras impactar sus cráneos contra la pared. Pronto tuvimos un mosaico de pegatinas decorando la salida, en conmemoración a los adioses más sonados. Y aunque no todo lo que nos pasó fue bueno, nunca dejamos de reírnos.

Hasta que no pueda hacer el tonto en mi nuevo trabajo todo lo que me apetezca, no recuperaré del todo a Ladycaña y sé que Marijou hará lo propio en la empresa que la acoja. Es preferible brotar de vez en cuando que ser Lady Godiva para siempre. Hasta entonces, prometo tomarme el litio necesario para mantener a ambas ladies bajo control.

Haz siempre lo que te dé más alegría Mary. Sé que seguirás compartiéndola con los que tengas alrededor.

Muxos muxus.


03 enero 2008

Corazón de Mudanza

La nueva vida se llama Aaron.
Cuando él nacía yo resucitaba.

Empezaba a creer que me había especializado en terminar los años mal y empezarlos peor, pero parece que el maleficio ha dejado de hacerme efecto. Caroline, deja su trabajo y me lo pone en bandeja (si ella te recomienda, la entrevista es puro trámite). Así me ha nacido una nueva vida en este enero de 2008, exactamente el mismo día en que murió la que tuve hasta hace dos años. Para comprender al destino hay que tener buena memoria.

Todo esto se desencadenó antes de terminar el 2007, cuando me desprendí de ese móvil al que odiaba, legándoselo por fín a Gabuto, tras someterlo a una limpieza integral de todos sus componentes, chacras incluídos, para eliminar las malas vibraciones que siempre le atribuí (si le ha quedado algo de mal rollo seguro que el Comando G lo neutralizará). Esto me dió la oportunidad de verificar una hipótesis que Mdlle. Rubaki y yo barajábamos desde hacía tiempo: un simple sms puede mantenerte anclada en el pasado. Me deshice del móvil y, simultáneamente, me hice con una brujita: una colega en miniatura en la que los padres de Lilith habían depositado su confianza para procurarme la felicidad. Y se desataron los acontecimientos.

El cambio de trabajo me sobreviene justo cuando había decidido cambiar de casa. Esta semana, se cumple la condena a la que sometí a una gran parte de mis efectos personales: 730 días en el trastero de Ariuca (gracias de veras por tu hospitalidad). ¡Cómo no!, esa cifra da título a una canción de Jorge Drexler a quién, por lo visto, se le paró el reloj de arena todos esos días, como a mí. Entre los objetos sentenciados, un símbolo a la resiliencia: el espejo roto que recogí en la calle y que conseguí reencarnar en agua de mar a base de trocitos de azulejo, arena y conchas. Tan pronto lo cuelgue en mi nueva habitación tendremos una imagen para ilustrar este post.

Mi nueva casa está justo enfrente de una carpintería de metal. El otro día, al salir del portal me percaté de que no se trata de un taller cualquiera y recordé de qué me sonaba el nombre de la calle. Allí me fabricaron los soportes para otro espejo, con marco de mosaico de azulejos, que regalé a mis padres para Reyes hace cuatro años. Yo acababa de volver de Salamanca, a dónde fui porque Caroline me puso el trabajo y la casa a huevo, para empezar una nueva vida que sólo me duró dos años. Es por si alguien tenía alguna duda de que para comprender al destino hay que tener buena memoria. Había estado en ese lugar, sólo una vez, y casi podemos decir que en una vida anterior. Otto estaría de acuerdo en que mi vida ha dado la vuelta varias veces, en ciclos de 730 días.

Las cosas cambian de repente, a veces para mal y, afortunadamente, otras veces, como ahora. Una mudanza meteórica me aleja de una plaza que es un castillo y de este barrio, que es un archipiélago en pleno centro de la península. Me alejo muy poco. Los que vivimos aquí somos conscientes del lujo de tener, en Madrid, una carretera que va a la playa. Y yo más que nadie.

Me asaltan canciones cargadas de interrogantes y una pregunta sin música: ¿cuántas veces se resucita a lo largo de una vida? Drexler: ¿cuánto tardarás en contestarme a eso?