24 febrero 2008

Ikusi arte

Esta es la respuesta de una madre cuando su hija le dice que probablemente no coma en casa el viernes porque tiene una cita con las lineamadrileñas de San Blas: “Yo sólo quiero que hagas lo que te dé más alegría”.

La madre de la Lady es la mismísima caña. Aunque yo apenas me reconozco dentro de este disfraz que me deparaban los carnavales de este año, sin duda, mucho más aburridos que los pasados. “Necesito un disfraz de luchadora, para no fracasar en mi nuevo trabajo” Y me dieron el de Lady Godiva, a quién su ingenio permitió salirse con la suya, pero que es anglosajona al fin y al cabo. Un disfraz lúgubre y frío, a juego con este mes de febrero mucho más aburrido que el pasado. Vestirme de Lady Godiva requería desnudarme de Ladycaña, y ahora mi alter “alter ego” de Coventry se ha adueñado de mi cuerpo y me obliga a arrastrar los pies cabizbaja y absorta en quehaceres pedagógicos. Afortunadamente, de vez en cuando recojo unos azulejos de un contenedor o actualizo el blog con el patrocinio de 3Com, el vecino, para asegurarme de que mi Lady sigue viva.

Marijou es una de las personas que más alegría me ha dado durante mucho tiempo. Y nos ha sorprendido este mes con la noticia de una marcha inminente. Se va de vuelta a la Comunidad Foral y abandona ese marrón, cómo lo denominan abiertamente los candidatos a su sucesión, que tiene por puesto de trabajo. No queda más remedio que alegrarse por ella, y sentirlo mucho por nosotros, que sin duda vamos a reírnos menos y más de vez en cuando.

Cuando empezamos a trabajar juntas, nos retamos mutuamente a hacer tanto el tonto en el trabajo como nos fuera posible. Nunca nos faltaron cosas de las que reírnos: para empezar el hecho de tener un palomar por despacho por ser las trabajadoras cuya estatura permitía pasar por aquella puerta diminuta completamente erguidas. Las visitas, menos liliputienses que nosotras, nos abandonaban doloridas tras impactar sus cráneos contra la pared. Pronto tuvimos un mosaico de pegatinas decorando la salida, en conmemoración a los adioses más sonados. Y aunque no todo lo que nos pasó fue bueno, nunca dejamos de reírnos.

Hasta que no pueda hacer el tonto en mi nuevo trabajo todo lo que me apetezca, no recuperaré del todo a Ladycaña y sé que Marijou hará lo propio en la empresa que la acoja. Es preferible brotar de vez en cuando que ser Lady Godiva para siempre. Hasta entonces, prometo tomarme el litio necesario para mantener a ambas ladies bajo control.

Haz siempre lo que te dé más alegría Mary. Sé que seguirás compartiéndola con los que tengas alrededor.

Muxos muxus.