El día que me contaste eso, me hice un esguince de pestaña por querer retener la lágrima y me dí cuenta de que me habías mentido. Nadie que esté aburrido existencialmente es capaz de identificar el amor verdadero a las ocho y media de la mañana, por mucho que lo tenga delante de las narices. También comprendí que no había que hablar mucho para que nos entendiéramos, aunque yo tenga incontinencia verbal y tú seas tan parca en palabras. Sorprendentemente, has hecho auténticos derroches léxicos conmigo, gracias por concederme ese honor. De todas formas y como tú bien sabes, el ritmo de nuestras conversaciones lo marca Q-Matik e incluso los días en los que la afluencia de público es masiva, siempre hay una conversación inacabada entre los puestos 4 y 5.
"Ya sé a dónde me voy. A Malta"
J23. Mientras imprimo el volante de empadronamiento, estoy segura de que esa decisión tan cabal la tomó tu dedo ayer por la tarde mientras hacías girar la bola del mundo con los ojos cerrados. Te miro con cara de no entender.
"Es por el inglés"R17. Coloco la etiqueta al registro convencida de que te estarás refiriendo a la nacionalidad del XY que ocupa esta semana ese coranzoncito tan caprichoso que tienes.
"El idioma".
Aclaras tú con cara de "por supuesto".
(Se va a Malta a aprender inglés). Eso es lo suficientemente surrealista como para que tenga todo el sentido del mundo. Aún no se ha ido la R17 y me estás mirando con impaciencia. Ya sé lo que te pasa ahora. Acabas de enamorarte apasionadamente del último chico que has atendido, al que has visto durante un minuto y diecisiete segundos y al que olvidarás dentro de seis minutos y medio, cuando atiendas al que entra ahora por la puerta y también te enamores de él fugaz y apasionadamente. Eso, querida Rubaki, sí que no es amor verdadero.
Cuando soy yo la que espera a que termines de atender para decirte algo, me toca escuchar cosas del tipo: "No señor, ya le he dicho que no soy dominicana" o "Le falta una fotocopia, si me da 10 céntimos se la hago yo". ¿Para qué vas a explicarles que el dinero es para echarlo en la fotocopiadora? ¡Con lo divertido que es dejarles creer que una presunta funcionaria se saca un sobresueldo a base de hacer fotocopias a 10 céntimos!
¡Ay! Ya te advertí que llevo muy mal lo de echar de menos a la gente y mira el caso que me has hecho. Todos te echaran de menos por aquí, yo además, cada vez que me cruce con la pareja de chinos por la mañana..., ¡ufff, ufff, ufff ! tendré que mirar para otro lado.
Desde este blog, accesible desde cualquier ciberlugar del mundo, seguiré apelando a tu sabiduría a la espera de que pierdas el miedo escénico.
¡Feliz aventura!