12 octubre 2008

Cómo se hizo... Mucho más lerele

(Jueves 6 de noviembre a las 24:00)

Después de veintiocho días y 39 entregas…

… de Montecarmelo a Villaverde, de Aluche a la Alameda de Osuna, de Vicálvaro al Barrio del Pilar pasando por Atocha, Carabanchel, Moncloa, Puerta de Toledo, Avenida de América, San Blas, Castellana, Vallecas, Lavapiés… Algunos han conseguido cruzar las fronteras del Municipio, incluso de la Comunidad…

… sigilosamente depositados en buzones con la colaboración involuntaria de vecinos anónimos o de porteros ingenuos dispuestos a dejarse engañar por una apariencia inofensiva y una eficaz gestión de la sonrisa, instalados durante semanas en soportes diseñados para su especie a la espera de ser identificados entre sus congéneres, camuflados entre recibos de IBI y material de oficina cuidadosamente inventariado como propiedad del consistorio, introducidos en bolsos ajenos a veces a hurtadillas y a veces no, regalos sorpresa que esperaron a sus dueños en la oscuridad del maletero del coche, visitantes furtivos que durmieron arropados por alfombrillas de ratón, trofeos que fueron rescatados en arriesgadas misiones nocturnas de pedestales que los exponían a condiciones climatológicas de lo más adversas, polizontes que viajaron en las profundidades de carritos de bebé, obsequios brindados por ciudadanas desconocidas, misteriosos huéspedes alojados en hoteles de cinco estrellas …

Se descubren muchas cosas: que Madrid es muy pero que muy grande, que hay gente muy despistada, gente que nunca abre el buzón, gente muy loca, gente a la que pensabas que no le haría especial ilusión que se emociona profundamente (vuestras reacciones son siempre más sorprendentes que las propias sorpresas)… pero sigues sin saber si te lo pasas mejor antes, durante o después.

Existen innegables conexiones entre fenómenos. Una mariposa blanca viaja en metro cada vez que concluye la manufactura de un espejismo. Del mismo modo, cada una de estas entregas depara un regalo: una afluencia estadísticamente improbable de ciudadanos sordos en la junta, zapatillas de ansiadas dimensiones en los chinos de Pueblo Nuevo, espejos siendo abandonados por mozos de almacén dispuestos a embalarlos cuidadosamente para llevar en transporte público sin levantar sospechas, visiones hipnóticas de la luna a la salida de un portal de la avenida Monforte de Lemos, láminas de acetato a precios aptos para tiempos de crisis despachadas entre invitaciones a fiestas de Halloween casi irresistibles incluso para quien lo detesta… Pequeños pero preciados golpes de suerte. Si no hubiera intuido los efectos secundarios desde el principio, tendría algún sentido que me lo agradecierais vosotros a mí en lugar de yo a vosotros. Gracias.

¡Misión cumplida!