28 junio 2007

Nuestra lucha

Sordo y oyente, ¿igualdad?. Es lo que me han preguntado los sordos que no sabían que hoy se trataría la Ley de la Lengua de Signos en el Congreso. ¿Es eso lo que ocurrirá con esa ley? ¿seremos igual que los oyentes?

No sé contestar a eso pero espero que la ley consiga que las personas sordas puedan disponer de un intérprete para asistir a un curso aunque no haya más sordos apuntados, que puedan entenderse con su médico en una urgencia y que el intérprete que realice ese servicio cobre como corresponde a un profesional que ha de estar disponible y desplazarse de una punta a otra de la región, que nadie vuelva a pegarle a un niño un manotazo por signar en vez de hablar, que se busque la forma de ayudar a una madre sorda que adora a sus hijos en lugar de plantearse que hay que quitarle la custodia porque no oye, que cada vez seamos más atendiendo en lengua de signos en empresas privadas o en la Administración...

...que nadie vuelva a prohibirles utilizar su lengua o a ridiculizarla. Si alguien todavía tiene alguna duda de que la lengua de signos sea la lengua natural de las personas sordas, que mire a estas niñas.

La cita es a las 11:00 en la puerta del Congreso. Espero que por la tarde aún podamos celebrarlo juntos/as.

(Después de tres semanas trasteando por internet por fin he conseguido el video de lo que me perdí aquella mañana)



¡¡¡¡Enhorabuena!!! ¡¡¡¡Lo conseguimos!!!!

21 junio 2007

Alimento para el alma

Es curioso cómo algunas costumbres se convierten en rituales. Un año más desplazarte al centro, subir a la segunda planta del Fnac y comprar el cd que hace meses decidiste que te regalarías al llegar el Día Europeo de la Música. Que la cajera lo meta en la bolsa, que tú lo saques inmediatamente. Liberarlo del plástico antes de salir a la calle. Aprovechar que tus pies se conocen el camino para ojear con avidez el librito (ese tesoro inasequible en el top manta) mientras te diriges a la parada bamboleada por la corriente humana que discurre incesante entre Callao y Sol. Una vez en el autobús examinarlo con detalle. Primero los agradecimientos y luego los nombres de los músicos, las fotos, los títulos, las letras... Te encanta cuando viene la fecha y el lugar donde se compuso cada tema, a quién está dedicado... (¡cotilla!). A veces, entre alguno de esos datos y tu biografía se dan coincidencias enigmáticas.

Pero las que de una u otra forma coinciden con tu historia son las canciones. Y si no, tiempo al tiempo. Buika cuenta que después de que su padre las abandonara, escuchaba a su madre cantar este tango sin que significara gran cosa para ella y cómo, algún desengaño después, al oírlo le dolía cada palabra... y entonces comprendió a su madre. Así se va componiendo nuestra banda sonora, a veces las canciones de siempre se llenan de significado repentinamente y otras veces, llegan impuntuales a escena. Te hubieran hecho falta antes pero se cuelan a fisgonear en tu pasado, revuelven irrespetuosamente los recuerdos, encuentran ese momento con el que se identifican y se apoderan de él de tal forma que llegas a pensar que lo vivieron contigo.

El caso es que con este ritual, año a año, vas completando la discografía de tus incondicionales. Esos discos que sabes seguro que te gustarán sin haberlos escuchado. En esta ocasión, la elección ha venido motivada por el soplo de un guerrillero que nos ponía tras la pista de "Paraíso Ahora" en la voz de Ruibal. Así, ha llegado a mis oídos esta letra deliciosa. Después de hablar con las manos y oír con los ojos, sólo te falta comer con las orejas.

¡Buen provecho!

12 junio 2007

Junio: Mi Guerrillera

Un hombre entra en una zapatería con las sandalias rotas. De las múltiples tiras que conforman el calzado, sólo una se mantiene unida a la suela por ambos lados. El resto hacen la ola a cada paso. Pide unas sandalias nuevas indignado porque éstas sólo le han durado 11 años. Para dar credibilidad al dato, le ha acompañado a la tienda su hijo, que nació el mismo año en que se compró las sandalias. Algo totalmente innecesario porque de un vistazo uno se da cuenta de que para datarlas hay que someterlas a la prueba del Carbono 14. El vendedor suspira, sube las escaleras, busca un par del mismo número y lanza la caja desde la barandilla del segundo piso y, no se sabe si por descuido o con alevosía, está a punto de estrellárselas al tipo en “la tocha”, según palabras textuales del cliente.

Todo esto sucedía ante la atónita mirada de una Ariuca preadolescente que tardaría en percatarse de que aquel era sólo el primero de una lista interminable de personajes extraños que aún hoy siguen saliendo a su encuentro como arrastrados por una fuerza inexorable; una churrera que le repite insistentemente que le venderá una porra a cien pesetas y cinco a treinta (¿?), una abuela parapetada en un portal de la calle Preciados esperando a que pase para darle un puñetazo en el estómago y salir corriendo, un fan aún más fanático que ella del fenómeno garrapatero que se engancha de su brazo y le ofrece una casa en Águilas (Murcia) a cambio de que le cuele en el backstage de los Delinqüentes y tantos otros bichos de esos que irremediablemente acaban cruzándose siempre en su camino.

Pero pensemos por un momento qué contarán al llegar a casa esos seres anónimos que le indican dónde está la calle Bucaramanga, mientras se preguntan si será peligrosa, después de verla bajarse a toda prisa de un coche y perseguirles a la carrera gritando “¡Pare peatón!” o nuestros vecinos portugueses a los que, me juego lo que sea, llamaba en su propia cara pessoas ( ¡a que sí Maricruz!). O sin ir más lejos, Sevein y el Capitan Iglo después de recorrer por tercera vez la misma calle con ella, en busca de su coche.

Pero es que Ariuca tiene demasiadas historias en la cabeza como para recordar tonterías cómo dónde ha aparcado o la conveniencia de llevarse la parte de abajo del bikini a la piscina. Desde "Momo" o "La hija del espantapájaros" han pasado estanterías y estanterías de bibliotecas por sus ojos achinados, libros que caza y luego vuelve a poner en libertad. Aprendió a leer con cuatro años por propia iniciativa y pocos años después, jugaba a dirigir un periódico y me obligaba a redactar artículos sin importarle demasiado que yo aún estuviera por el segundo cuadernillo de caligrafía Rubio. Lo del periodismo fué por influencia televisiva, no se perdía ni un episodio de Lou Grant. Tantas horas delante de la pequeña pantalla le han llevado a confundir tele y realidad hasta el extremo de pedir cita para el centro de salud Ballesol (¡sí, sí! ¡el del doctor Martín!) o abordar a un eterno secundario de las series españolas en una agencia de viajes convencida de que le sonaba su cara porque habían sido compañeros de instituto ("¡Sí hombre! ¡Si tú venías al Herrera!").

Como buena Geminis, tiene un lado oscuro que conozco bien y créeme, si te amenaza con vaciarte el tazón de colacao por la cabeza no es un farol.

Desde hace algún tiempo, Ariuca ha decidido sacar partido de todo esto liderando la Happiness Guerrilla, labor que le ha valido que Ismael Serrano le escriba una canción. Ya sabes Ariuca, "no habrá distancias que no cubra cualquier friki que te busque". Así que nunca estarás sola, guerrillera. Ya sé que vas a decir que vaya canción moderna que te he puesto, pero te aguantas.

Tu cumpleaños bien merece un alto en mi ciber-retiro. Pásalo bien.

¡Felicidades!

08 junio 2007

Cerrado por vacaciones

Junio trae buenos presagios, ya sabemos que si el mes empieza en luna llena es que los hados son favorables (si nos remontamos cuatro meses...). A ver qué sorpresas me depara mi destino vacacional. De momento, para cumplir con la tradición de las fiestas locales, esta cristiana se ha propuesto encontrar a un moro silencioso. No aspiro a reconquistárselo a su mujer, me conformo con que me haga un tatuaje de henna y me venda/regale unos pendientes.

Me llevo a Carolina, 494 megas con lo mejor de mis incondicionales en formato mp3 y 300 páginas de ninfas, dioses, oráculos, sirenas, centauros y dragones y otras tantas de historias diversas. Así que, no preocuparse, que una vez que Ariuca me abandone, no estaré sola.

Es la primera vez que viajo con billete abierto, si el viernes no estoy de vuelta es que Carolina y yo nos ganamos bien la vida como vagabundas y hemos decidido quedarnos.

¡No curréis mucho!