Hace poco más de un año, recibí un mail con una fórmula matemática y unas palabras mágicas. Lo imprimí. Lo doblé. Lo metí en el bolsillo del abrigo. Tal vez no fuera muy conveniente llevar esos números encima. Lo saqué. Estuve a punto de romperlo. La primera vez que un hada se compromete a cumplirte un sueño, no te fías del todo y necesitas verlo escrito continuamente. Pero la verdad completa, es que cuando alguien te dice algo que te gusta y te gusta cómo te lo dice, no te conformas con leerlo una vez. Me di cuenta de que esas cifras estaban muy lejos de ser lo más privado que había tenido en los bolsillos y lo volví a guardar. Estuvo ahí enrollado mucho tiempo. Lo empuñaba como un cuchillo cuando me amenazaba la incredulidad de los demás. Cuando estaba sola, me aferraba a él como a un amuleto. Pasado un mes, en la notaría, lo solté el tiempo justo de echar unas firmas. Incluso después de liberarme del abrigo, seguí llevándolo encima. De hecho, aquella tarde en el Fnac, cuando Jorge Drexler necesitó un papel para resolverme el enigma musical que me tuvo seis años poniendo internet patas arriba, encontré ese papel en el bolso a falta de alguno de esos cuadernitos tan cucos que me compro porque los necesito y en absoluto porque me gusten los dibujos de las portadas. Hace un rato me he topado con un "Eduardo Darnauchans" de caligrafía desconocida por detrás de lo que valía el euríbor en marzo de 2010, la cuantía de mi hipoteca y mis ahorros.
"No hay voz, ni grito, ni llanto en este mundo que pueda ser oído hasta que alguien lo escuche"
26 marzo 2011
Papelitos
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2 comentarios:
El nº de matrícula de mr Caroteno????????
Es por si un día le incluyo en alguna misión, me hacía falta un hilo del que tirar... Ayer encontré a Guada en el face y leyó su cuento ¡qué emoción!:
http://mucholerele.blogspot.com/2009/08/veraneantes.html
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